Hace años en Paita mi madre logro dirigir el comedor municipal, con el mismo concepto que el de un restaurante, que hacia competencias a otros restaurantes.
Paita es un puerto que atraía a muchas personas en busca de trabajo relacionado a la pesca y las personas se quejaban de que la comida era cara y de mala calidad, el colocar un competidor que brinda comida de calidad y con un precio justo, creaba un competidor que quitaba demanda de los restaurantes y presionaba a los competidores a mejorar precio y calidad.
Este modelo es algo que muchas municipalidades deberían de replicar, ya que es una ayuda a la comunidad.
Mejora la competencia y los precios: ya que el comedor al brindar sus platos a precios justos y buena calidad presiona a que los competidores imiten esta acción para no perder a sus clientes.
Mejora de la salud y el bienestar: Al proporcionar comidas nutritivas y equilibradas, el comedor municipal contribuye a mejorar la salud y el bienestar de los residentes de la comuna. Esto es especialmente importante para aquellos que podrían no tener los recursos para acceder regularmente a alimentos saludables. Una alimentación adecuada puede ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con la malnutrición y fortalecer el sistema inmunológico de las personas.
Fomento de la inclusión social: El comedor municipal puede servir como un espacio de encuentro y convivencia para los residentes de la comuna. Además de ofrecer comidas, puede convertirse en un lugar donde las personas puedan interactuar, establecer relaciones y sentirse parte de una comunidad. Esto promueve la inclusión social, fortalece los lazos comunitarios y contribuye a un mayor sentido de pertenencia.
Apoyo a la economía local: Al financiar un comedor municipal, la municipalidad también puede beneficiar a los negocios locales. La adquisición de alimentos y otros suministros necesarios para el funcionamiento del comedor puede realizarse a través de proveedores locales, lo que impulsa la economía de la comuna y crea empleo. Asimismo, el comedor puede colaborar con productores agrícolas locales, favoreciendo la agricultura y la producción regional.
Reducción de costos sociales: Aunque inicialmente puede implicar una inversión económica para la municipalidad, un comedor municipal puede ayudar a reducir costos sociales a largo plazo. Al garantizar una alimentación adecuada para los residentes más necesitados, se pueden prevenir problemas de salud y se reduce la carga sobre el sistema de salud pública. Además, al ofrecer un lugar donde las personas en situación de vulnerabilidad pueden acceder a comidas, se disminuye la incidencia de delitos relacionados con el hambre y la mendicidad.
Estos son solo algunos de los beneficios que un comedor financiado por la municipalidad puede aportar a una comuna. La implementación y el éxito de un proyecto de este tipo dependerán de la planificación adecuada, la gestión eficiente de recursos y la participación activa de la comunidad local.